jueves, 1 de abril de 2010


MARIA PAULA MORA BELTRAN

Resurrección

Eme aquí de nuevo, solitaria como repulsiva larva,

Esperando el momento oportuno para ser otra;

Sin rumbo ni mariposas,

Sin luciérnagas que me guíen de noche

Y lunas que ya no sollozan.

Diluida en esta realidad abstracta,

A la que llego mi vida, dejando atrás mi alma.

Sin alguna mente coherente cerca

Que elija o impida la delatante verdad.

Aquí, en niebla total

Solo vislumbra la soledad.

Aquello que florece, aquí no crece,

Se marchita y se junta con las demás.

Aquí en esta luz tan oscura,

En pleno auge de la tempestad,

Donde solo lágrimas caen

Y no hay más remedio que dejarlas andar.

Encerrada en mi propia bomba,

Enclaustrada en la cruel sombra,

Infestada de mil formas

Sin poder siquiera lamentar.

Siendo mi propio verdugo,

Aquel que anuncia con elocuencia,

… la hora final.

¡Nada te salvara! “Aquella voz sangrante lo repite”,

Pero aun sigo buscando intensamente,

Algo que a mi padecer entre

Y logre sacarme de esta mediocre enfermedad

Enfermedad que muchos no logran evitar.

Enfermedad mortal, he intolerante a la claridad.

Psicosis de mentiras he hipocresía

Y sinceridad de aquellos que nunca aprendieron a expresar.

Interrumpe mis sentidos y déjame continuar,

Esta claustrofobia me va a asesinar,

-¡Quema mis alas!- que aun puedo soñar.

-¡Ata mi cuerpo!- que aun puedo imaginar.

¡Sacrifícate y lo lograras!

…Inspiración de mentes, salvación indeleble…

Llegaste a mi vida en el preciso compás,

Le diste ritmo a mi motor y sonido al dolor.

Llegaste después de tanto esperar…

Volviste para nunca olvidar.

Me llenaste con tu grandeza, me diste alas para soñar.

Sonreíste por primera vez, y en mi quedo tu bondad.

Tu cuerpo tan perfecto, tu color tan celestial…

Desde que te conocí me volví inmune

A cualquier amante enfermedad.

Solo rozarte eriza mi ser,

¡¡¡Bajo!!!...De aquellas luces gigantes donde haces impredecible el sueño,

Allí olvidas y construyes dulces todos mis lamentos.

Tu piel tan suave, tus manos tan frágiles, cuando logro acariciarte, mi mente se fragmenta en mil partes,

Como alguna implosión de sentimientos, que solo me conducen al amor eterno.

…Ese amor que sentí, cuando tu alma llego y separo a la mia de tanta variedad…enseñándome el mejor lugar del mundo para poder divisar esa felicidad; esa que hoy me das, cada vez que abro mis ojos y te veo ahí despierto esperando a ser instrumento, ofreciendo tu aliento y tu fuerza para poder juntos alcanzar ese sueño hermoso que un día unió y fundió para siempre nuestro corazón…

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