sábado, 28 de agosto de 2010

La carencia de Jason

Jason, un niño de doce años, era entusiasta y alegre como cualquier otra persona de su edad. Tenía muchos amigos y se le conocía por su buen sentido del humor. No solo por eso, también sobresalía sobre los demás muchachos por su increíble talento para dibujar. Su meta era convertirse en un caricaturista profesional de alguna revista o periódico.

A pesar de su notable talento, él tenía un problema: no tenía mucha imaginación, el dibujaba muy bien lo que sus amigos le planteaban, pero consideraba que no tenía una buena imaginación para crear algo original y llamativo. Además de esto, había ciertos niños algo mayores que él, los cuales lo envidiaban mucho y lo molestaban constantemente. Jason sabía que a pesar de ser menor que ellos, podía darles una buena pelea e inclusive lastimarlos seriamente, pero él quería evitar problemas, así que aguantaba algunas bromas con madurez.

Un día común, mientras Jason deleitaba la vista de sus compañeros con sus dibujos, uno de sus amigos muy entusiasmado le preguntó qué de donde había aprendido a dibujar así, Jason humildemente le respondió que cuando era más pequeño veía a su padre dibujar, lo cual le inculcó cierta curiosidad y gusto por tomar lápiz y papel, empezar desde cero y dibujar toscas figuras por cuenta propia e irlas perfeccionando, contó qué practicaba solo a diario hasta que sus dibujos tomaran la expresión que él quería. Cuando sus amigos supieron esto, quedaron sorprendidos, pues se dieron cuenta que Jason aprendió solo, nadie le enseñó más que la experiencia. Muchos querían que Jason les enseñara a dibujar, pero él se negaba pues no se sentía realmente satisfecho ya que no tenía ideas que el considerara importantes.

Un día, uno de los amigos de Jason, vio como un muchacho mayor lo molestaba y Jason se retraía. El amigo del pequeño artista, algo resignado, le dijo que esas situaciones no tenían que ocurrir, que la mejor solución era golpearlos, Jason algo pensativo y serio le dijo que lo iba a considerar. Dudoso sobre lo que le dijo su amigo, Jason decidió pedirle un consejo a su padre sobre sus problemas. Su papá le dijo que no debía incurrir en la agresión con los demás, dijo que mostrara entusiasmadamente su talento a sus amigos e inclusive a los niños mayores que lo molestaban y en cuanto a su carencia imaginativa, dijo que podía sacar provecho de sus situaciones del diario vivir, plasmando sus sentimientos negativos en dibujos como forma de desahogo y que podía darles de igual forma aspectos positivos. Jason se sintió muy agradecido con los consejos de su padre y decidió ponerlos en práctica. Muy confortado, su padre le dio unos libros de dibujo para que se los enseñara a los demás.

Al día siguiente, Jason llegó con otra actitud a donde sus amigos, que no eran buenos dibujantes. Les enseñó los libros de su padre, lo cual les causó una enorme curiosidad, tanto que muchos de ellos sacaron copias e inclusive empezaron a investigar sobre técnicas de dibujo. Posteriormente mejoraría su calidad para dicha actividad.

Jason se sentía inspirado, así que empezó a plasmar nuevas ideas en sus dibujos, así como bosquejos inspirados en cosas que no manifestaba como la ira y la agresividad. Jason accedió a mostrar su arte a los muchachos que tanto lo molestaban y dijo que si querían podía también enseñarles a dibujar, al ver la humildad del niño se sorprendieron y se arrepintieron de las molestias que le habían causado. También reconocieron los sentimientos de Jason plasmados en sus buenos dibujos que comunicaban toda esa pasión y enojo que no había podido manifestar, así que se disculparon y decidieron aprender también a dibujar por los medios presentados por Jason y por la experiencia que él había tenido como persona y caricaturista.

Autor: Jorge Rubiano-II semestre-Tecnología en Comunicación Gráfica. Materia: P. Investigación -11131



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